La presente es una privilegíada exposición temporal, que sirve para analizar un tiempo pasado, en ella gozamos de un distanciamiento que actua a nuestro favor; puedes hablar de lo que sucedió, de lo que paso y consolidándose esta, nos agrada sentir la impresión del progreso, nos gusta auto-denominar a la muestra de post-moderna y vale decir que el prefijo post significa superación, mas cabe preguntarnos si este prefijo esta bien aplicado; es decir, en que medida podemos decir que vivimos una superación de la modernidad.
El pensador norte-americano Fredric Jameson, analizando este punto, intenta de hecho un acto de contemporáneidad, exactamente al no ser una superacion del período moderno; mas si, una permanencia y exacerbación de alguno de sus trazos mas esenciales, osea hacia una continuidad en la profundización analítica de los asuntos modernos de nuestro tiempo. Es necesario comprender que somos el futuro y que ahora tenemos pasado, este que en su tiempo fue idealizado y luego desechado. Si nos libramos de la tradicional visión progresista, podremos percibir que no personificamos solo sus victorias, sino tambien sus frustraciones.
Zygmunt Bauman, sociólogo polaco y crítico perspicaz del mundo contemporáneo, hace hincapie en alguno de sus cambios que denótan dicha post-modernidad, las que prefiere denominar modernidad liquida; según el, si la modernidad demostraba un aprecio por lo nuevo e inesperado que caracterizo un período de desenvolvimiento urbanístico e industrial, mientras que cambiándose estaba el mundo contemporáneo hacia un espacio que canonizaba las vanguardias; por lo tanto uno también lo estaba, esto se caracteriza no tanto por quebrar las rutinas y subvertir las tradiciones, mas si por evitar que los patrones de conducta se congelen en rutinas y tradiciones; asi, la importancia antes atribuída a lo nuevo hoy se cambio hacia lo fluído, volátil, o flexíble.
Si el proyecto de la modernidad soñaba con desmoronar la realidad heredada con la intención de cambiarla para mejor, el mundo contemporáneo lo hace sin perspectiva alguna de su permanencia, todo es temporal e instantáneo, Jameson diría que lo contemporáneo se encuentra ínmerso en una descalificación temporal, la cuál no tiene una definición clara de su pasado y presente, por eso una percepción del tiempo se da como si viviesemos un presente perpetuo, osea el tiempo apropiado llega a ser líquido, voluble y no se presta mas a una ilusión del progreso.
No obstante, si la modernidad creyó que el final de su día llegaba, a continuación, la post-modernidad que se encuentra libre de esta ilusión, no busca siquiera establecer una línea de llegada. El sujeto que habita una modernidad liquida, para sobrevivir precisa aprender a transitar en este universo de incertidumbres sin raices,
Su permanencia sin objetivos claros a alcanzar es muy natural y hace que esto sea relativo, obteniendo su dosis de natural angustia que dicho relativismo tiene; sin embargo, tiene cierta belleza en dicha fluidez y pluralidad, cualquiera tal vez pueda sentir esta voluntad a manera de tomar incertidumbres
El arte como producto de la elaboración poética de la realidad, no escapa a estos temas. En los artistas y obras expuestas em la muestra Linha Liquida, inspirada en el pensamiento de Zygmunt Bauman es posible percibir esta tensión superficial en las obras, la misma que através de lenguajes plurales y sutilezas conceptuales procura cambiar lo efimero sino eterno lo menos tangible. Se apropian de abras Del pasado, trabajan al limite de La fusión, conversan de lãs posibilidades, transitando confiados em La arena de lo inestable.
Mas que ofrecer respuestas esta muestra busca através de sus obras establecer preguntas y promover um espacio orgânico de observacion y debate, para que no pasemos desapercibidos y seamos agentes de este proceso vivo Del cual somos parte integrante.
Fernanda Proença, formada en Filosofia em La Universidade de Sao Paulo, donde cursa El mestrado em Estética
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